Cáncer de mama

Van a cumplirse 18 años de que mi mamá murió y la extraño demasiado todavía. Me hace muchísima falta. A partir de su ausencia mi vida empezó a transcurrir muy lentamente y me han sucedido tantas cosas, que con frecuencia quisiera refugiarme entre sus brazos.

Muchas veces me descubro recorriendo nuestra historia compartida, memorando sus besos, su cariño, sus lágrimas. La tristeza que la invadía al haberse esforzado tanto y aún así, haber perdido su dolorosa batalla contra el cáncer.

Se lamentaba de no haber atendido a tiempo el primer síntoma y yo me he enojado tantas veces por lo mismo. Como furiosa me encuentro todavía por los médicos que no la atendieron adecuadamente, por los que la maltrataron y por los que se enriquecieron a costa de su sufrimiento.

Sin embargo, es la muerte de mi madre la que quizá me haya permitido estar hoy con vida. A partir de la edad apropiada me practico rigurosamente una mamografía anual. A través de una de éstas se pudo detectar un incipiente cáncer que fue extirpado justo a tiempo. Sin embargo, mientras termino de escribir este texto, otra mujer está muriendo y dejando a su familia con un dolor tan profundo, como el yo he padecido desde que mamá murió. Y así, cada dos horas en México, muere otra mujer que podría haberse salvado.

Con toda la información que ahora está al alcance no es necesario que usted espere a que muera uno de sus ser queridos para que comience a cuidarse. Recuerde que la Sociedad Americana de Cáncer informa que una de cada 8 mujeres padecerá cáncer mamario durante su vida. Y al menos una de cada 28, morirá por ello. Por eso le pregunto, ¿cuándo se hizo su última mamografía?, ¿qué está esperando?

graciela.rios@publimetro.com.mx

grios@assesor.com.mx